Ser voluntaria es un aprendizaje vital
Una mirada a la historia de la Fundación con el testimonio de Pilar, voluntaria desde 1992
Todo empezó con una joven paciente que debido a su diagnóstico no podía participar en las convivencias que hacían en su escuela, que le hacían muchísima ilusión. La Dra Pardo y su equipo decidieron organizar unas convivencias especiales para niños y niñas en tratamiento oncológico del Hospital de Sant Pau. Y aquellos días fueron una experiencia tan positiva para todos ellos, que algunas personas entusiastes con la iniciativa decidieron impulsar una fundación para dar continuidad a cubrir las necesidades de los niños y jóvenes enfermos y sus familias.
El mes de febrero de 1989, hace 31 años, nacía la Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia.
Hoy, aprovechamos la historia de Pilar para hablar de la fuerza y el valor del equipo de 250 personas voluntarias que colaboran con la Fundación y la gran labor que llevan a cabo. Según ella, “ser voluntario/aria es un aprendizaje vital que te pone en contacto con las realidades que te rodean, y te ayuda a distinguir las cosas realmente importantes”.
Pilar leyó un artículo en La Vanguardia que hablaba del trabajo de la Fundación y sintió la necesidad de unirse al equipo. Fue el mes de septiembre de 1992, y desde entonces hasta ahora ha hecho siempre voluntariado hospitalario en el Hospital de Sant Pau. Explica que al principio hacían más una labor de asistencia y de pasar por las habitaciones a ofrecer juguetes a los niños y niñas, sin estar dentro de la habitación con ellos, y que después se fue modificando la forma de hacer este acompañamiento, pasando más rato con el niño/a y ofreciendo a los padres si querían ir a hacer un café o tener un rato para ellos, hasta llegar a la atención más integral que se hace actualmente.
Tanto en el Hospital de Sant Pau como en el Hospital Germans Trias i Pujol, las personas que hacen voluntariado hospitalario hacen acompañamiento, entretenimiento y dinamización de las salas de juego, préstamo de material y recursos informáticos para niños y jóvenes ingresados. Lo que más valora Pilar es ”el trabajo en equipo, que deja de ser importante lo que haces a nivel individual y pasas a formar parte de una cosa más grande, que va más allá”.
Durante el 2019, la Fundación atendió a 542 familias. Alojó a 41 familias en los 7 pisos de acogida que tiene en Barcelona (de duración variable entre 1 y 365 días) y organizó un total de 64 actividades de ocio y educación en el ocio. Todavía estamos acabando de recoger los datos de este año incierto que termina, pero lo que no cambia es nuestro compromiso de seguir trabajando para ofrecer una atención de calidad y de la manera más integral posible tanto a los niños y jóvenes con enfermedades graves o que limitan su vida como sus familias.
Este sábado, 5 de diciembre, es el Día Internacional del Voluntariado, y queremos tener muy presentes a los cerca de 250 voluntarios y voluntarias que colaboran con nosotros, y agradecerles la gran tarea que hacen y su compromiso de mejorar la calidad de vida de los niños y jóvenes enfermos y sus familias.