La importancia de la labor del voluntariado administrativo y de apoyo
“Se trata de poner las capacidades de cada uno al servicio del voluntariado”
La Fundación dispone de un programa de voluntariado estructurado en diferentes líneas, que incluye un Plan de Formación y un Curso de Formación inicial obligatoria, aparte de una propuesta de espacios de formación continuada. Pero no todo el mundo quiere vincularse a la fundación haciendo el voluntariado de acompañamiento domiciliario u hospitalario, y del que se trata es precisamente de poner las capacidades de cada uno al servicio del voluntariado. Hay mucho trabajo alrededor de la tarea de la Fundación que no sería posible sin la colaboración del voluntariado administrativo y de apoyo, y hoy queremos poner en valor su labor y explicarla a través de cuatro historias concretas, y desde el lugar donde aportan su granito de arena.
Cómo dicen todas ellas, “somos un equipo, todo el mundo hace de todo, y se ayuda allá donde hace falta en cada momento”, pero todas y cada una de las personas voluntarias aportan cosas diferentes, genuinas y únicas, sin las cuales la Fundación no seria cómo es.
Muchas gracias a todos y cada uno de vosotros, de corazón! Todo el equipo de voluntariado, como si de superhéroes y superheroínas de Marvel se tratara, tenéis un poder específico que pone aceite al engranaje de la Fundación y hace que todo funcione. Hoy hablamos con cuatro de las piezas de este engranaje: Rosa Maria, Dolors, Carmen y Maria.
Rosa Maria: el orden meticuloso y la calidez en la respuesta del primer correo a la Fundación
Rosa Maria está en la Fundación desde el año 2008, y colabora en tareas de información, administrativas y de gestión en el despacho de la Fundación. Es la persona que responde los correos electrónicos de todo el mundo que escribe a la Fundación para pedir información sobre el voluntariado, y da apoyo en el primer contacto en las entrevistas y el acceso al curso de formación inicial. “Para mí, ser voluntario es una actitud que te ayuda a dar sentido en la vida. Es muy importante conocer bien la entidad y como trabaja, ver los proyectos que tienen y sus objetivos, y si encajan contigo, pues perfecto!”.
Rosa Maria estudió la carrera de Medicina, a pesar de que no ha ejercido nunca; con su marido abrieron una farmacia donde han trabajado siempre los dos juntos. El año 2008 se jubiló; hizo un cambio de vida y quería hacer de voluntaria. Conoció la Fundación a través de Anna Varderi, la gerente, que le propuso colaborar apoyando en las tareas administrativas y de gestión en el despacho.
“Es importante encontrar tu lugar y hacer una labor con la cual te sientas cómodo y bien; encajar con la entidad... yo en Villavecchia siempre me he sentido muy a gusto, desde el principio”. Rosa Maria colabora también con las tareas de registro de todas las intervenciones, acompañamientos y actividades que se llevan a cabo desde la Fundación: de hecho, este registro se lleva a cabo por duplicado, en papel y también informáticamente. Aquí es donde ella apoya desde este orden de clasificar y archivarlo todo para que quede constancia de todas las actuaciones que conforman el acompañamiento a los niños y jóvenes y sus familias.
Dolors: el apoyo a la actualitzación de la Base de datos y la memoria y quien felicita el cumpleaños al equipo de voluntariado
Dolors es arquitecta; entró a formar parte del equipo de voluntariado administrativo de la Fundación en el año 2014, hace 7 años. “Recuerdo mucho que va fue cuando se hizo el concierto en Santa Maria del Mar. En aquel momento éramos poquitos, y todos hacíamos de todo... entrábamos datos en el registro, ayudábamos ensobrando o trabajando en los comandos cuando hacía falta; después, cuando la Fundación fue creciendo, ayudé a entrar nuevos listados en las Bases de Datos, y también a contabilizar y registrar todas las actividades que se llevan a cabo en la Fundación, para tenerlas actualizadas para la memoria anual”.
Antes de entrar a la Fundación, Dolors ya había estado vinculada en el mundo del voluntariado. Había colaborado en residencias y casales para la tercera edad, y con la escuela de sus hijos había participado en actividades de voluntariado en familia, pero siempre lo había hecho en cosas puntuales, nunca de manera continuada como en la Fundación. Una de las cosas que le gusta mucho hacer es preparar las felicitaciones de cumpleaños personalizadas para el equipo de voluntariado y enviarlas: si eres voluntario/aria y recibes una postal a casa a nombre de la Fundación, la ha preparado Dolors con mucho de amor.
“Creo que vale mucho la pena transmitirles a los hijos que merece la pena dedicar tiempo a los demás. Las horas que dedico a hacer de voluntaria en la Fundación tienen mucha calidad; es un entorno súper acogedor, siempre me he sentido muy a gusto; tienes que encontrar una entidad donde encajas por tu forma de hacer y de ser, y aquí yo lo encontré enseguida... Para mí, haciendo de voluntaria todo tiene más sentido”.
Carmen: los dibuixos i las decoraciones de cada estación en la planta de pediatría del hospital
Carmen forma parte del equipo de voluntariado desde el año 2007. Conoció la Fundación mientras hacía el acompañamiento en el Hospital Sant Joan de Déu; ella había sido precisamente enfermera de quirófano, y explica que a veces la deformación profesional hacía que no acabara de encajar haciendo el acompañamiento en el entorno hospitalario. Conoció la Fundación Villavecchia a través de una compañera, y primero participó en el equipo domiciliario: “Para mí, ha sido uno regalazo... por un lado, porque he podido seguir en contacto con el mundo de los cuidadores/as, pero desde la vertiente más humana y en contacto con los niños/as y jóvenes desde otro lugar, y después porque en la Fundación he aprendido a ACOMPAÑAR, en mayúsculas: sin hablar, en silencio, simplemente estando... Para mí, Villavecchia es como una familia”.
(Carmen/ esquerra).
Dentro del voluntariado administrativo, ya hace muchos años que Carmen es la persona que se encarga de las decoraciones de las diferentes estaciones en la planta de pediatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, y de producir los dibujos que los niños y las niñas pueden pintar mientras dure su ingreso. Es muy buena con el Photoshop, y si hace falta personalizar dibujos o hacer tarjetas de identificación, ella se pone en seguida manos a la obra para cubrir cualquier necesidad específica.
Recuerda que es muy curioso que ha acabado haciendo tareas relacionadas con la parte artística cuando en realidad confiesa que no se le dan demasiado bien las manualidades. “De hecho en el primer voluntariado domiciliario que hice, que nos turnábamos yo y otra voluntaria, la niña me decía “tranquila, Carmen, tú traes las ideas y yo las haré con la otra, que tú eres muy patosa haciendo manualidades!”- se ríe.
Maria: apoyo en el registro de datos y récord guiness de ensobrar
Maria trabajaba en una entidad financiera, y a través de su trabajo entró en contacto con el programa de voluntariado hospitalario de la Fundación en el Hospital de Sant Pau, el año 2006: “Para entrar, hice 3 entrevistas distintas, y en seguida pensé; “ésto es serio!”. Iba los martes por la tarde y daba apoyo en este espacio de respiro con los padres”.
Una vez se jubiló, cambió su horario al turno de la mañana. Siempre había participado en el voluntariado hospitalario, pero desde que lo pararon a causa de la pandemia da apoyo en tareas administrativas en el despacho: “Estoy super agradecida a la Fundación por haberme ofrecido la oportunidad de colaborar en esta labor, después de los 15 años de hacer siempre acompañamiento hospitalario, y haberlo tenido que dejar este año que ha quedado parado... Me he incorporado hace poquito al voluntariado administrativo, y me hace sentir muy bien y muy útil; hago el que haga falta: escanear cosas, ayudar al archivar o recopilar documentación para subvenciones... eso sí, se ve que soy rapidísima ensobrando, eso dicen!”- (se ríe).
(Maria/ en el centro).
En el voluntariado, las pequeñas acciones que puede hacer cada uno desde sus capacidades personales y sea cual sea el ámbito desde donde quiere ayudar, hacen que el mundo sea un lugar mejor. Como lo que pasa en la fábula del colibrí: que para apagar un incendio muy grande que había en la selva, él iba cogiendo agua de un lago con el pico y haciendo viajes y lanzándola sobre las llamas, mientras los otros animales corrían en dirección contraria al fuego, y le decían que estaba loco, porque él solo no podría nunca apagar el incendio. Y él les contestaba diciendo: "quizás no, pero yo estoy haciendo la parte que me toca".
Las cuatro hacen una labor de apoyo al equipo y al personal administrativo de la Fundación que es fundamental para su funcionamiento, y que ayuda al engranaje conjunto y al trabajo en equipo donde todas y cada una de las partes son imprescindibles para que el global funcione. Muchas gracias por vuestro apoyo, siempre!