Entrevistamos a la Dra. Nuria Pardo en el 32º aniversario de la Fundación Villavecchia
“Hoy en día, más de las tres cuartas partes de los cánceres infantiles se curan, nos acercamos al 80 por ciento”
Hoy, martes 23 de febrero, celebramos el 32º aniversario de la Fundación Enriqueta Villavecchia hablando con la persona que forma parte de ella desde los inicios y que la ha visto crecer y transformarse durante todo este tiempo.
La Dra. Nuria Pardo ha trabajado en oncología pediátrica en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau desde que hizo la residencia de medicina en la planta de pediatría en 1976, justo al acabar la carrera; fue Directora de Hospitalización y Hospital de Día y Responsable de Oncología Pediátrica. Ha estado vinculada a la Fundación desde siempre, y es la presidenta desde el año 2015.
Si escuchas la pasión con la que habla de su trabajo, te das cuenta enseguida que es médico por vocación: “Era la pequeña de 6 hermanos, y en la familia no había antecedentes de médicos antes (después sí que tengo sobrinas e hijos de sobrinos que han estudiado medicina, antes no); pero yo desde de siempre había querido ser médico y curar a los niños y niñas... no recuerdo haberme planteado nunca otra profesión, la verdad... Teníamos un médico que nos había tratado siempre a toda la familia y que me decía ‘venga, que cuando seas mayor me harás la sustitución’, y me hizo mucha ilusión porque al acabar la carrera realmente le pude sustituir en la consulta de su casa y en la seguridad social, para mí fue muy importante este referente”.
Cuando hizo la residencia a pediatría en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau quiso trabajar con los niños y niñas que sufrían enfermedades oncológicas, en un momento en el que eran los casos que nadie quería llevar porque la supervivencia era muy baja, y muchos de los niños morían: “Me llegaron al corazón, y pensaba: ‘¿Por qué no? Los quiero acompañar’... Hoy en día, más de las ¾ partes de los cánceres infantiles se curan, nos estamos acercando al 80% y esto es muy positivo, en comparación al 25% de posibilidades de curación que había 30 años atrás” afirma.
Desde la Fundación Villavecchia se apoya la investigación en oncología y hematología pediátricas, pero se han focalizado mucho los recursos y el apoyo a las becas de formación, dado que la especialidad de oncología pediátrica no existe como tal dentro de la carrera de Medicina (solo como certificado de título de conocimiento de postgrado), y la experiencia en oncología pediátrica se coge precisamente trabajando en la planta de pediatría del hospital y entrando en contacto directo con los casos de los niños y niñas que sufren la enfermedad: “Es muy importante que existan estas becas de formación, porque la oncología de adultos y la oncología pediátrica no tienen nada que ver, ni en la tipología de cáncer o de tumor, ni en el tipo de tratamiento, ni en la respuesta al tratamiento... desde la Fundación ofrecemos becas de formación porque al acabar pediatría y oncología puedan trabajar durante 2 años a la planta de pediatría y estudiar los casos de oncología pediátrica, estas becas son muy necesarias”.
La Dra. Pardo se muestra muy satisfecha de la labor de la Fundación a lo largo de estos más de 30 años, dice que han llegado a hacer cosas que no se habían ni imaginado, y que todavía queda mucho trabajo para hacer. Todo empezó con un paciente suyo, un niño que sufría un tumor cerebral yque estaba triste porque no podía ir de vacaciones con su familia como hacían cada año con la rulotte. Escucharle la movió a buscar una solución y mirar opciones para ver qué se podía hacer al respecto, y por primera vez en el estado español se otorgó una beca de colonias de verano para niños y niñas enfermos de cáncer, donde llevando un equipo numeroso de médicos, enfermeras y voluntarios, la Fundación organizó una estancia de unos días en una casa de colonias de Monells (en 1987).
Se hizo un estudio para evaluar las repercusiones psicológicas de esta actividad en los niños y niñas; el resultado fue muy positivo y tuvo efectos muy beneficiosos emocionalmente para todo el mundo. Más tarde, un periodista de la Vanguardia hizo un artículo sobre ello y numerosas personas se interesaron por la iniciativa y empezaron a organizar la creación de la Fundación.
El 23 de febrero de 1989 se creaba la Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia. Le pusieron este nombre en honor a la madre de Antoni Negre Villavecchia, quién fue el primer presidente de la Fundación, ya que ella había muerto a causa de un cáncer de mama.
Hoy, tres años después de jubilarse, la Doctora Pardo es presidenta de la Fundación Enriqueta Villavecchia y continúa ayudando a los niños y niñas desde otro lugar: “En cada momento he hecho lo que mi intuición y mi instinto me han pedido hacer, y después de tantos años de trabajar en un oficio que me gusta muchísimo y que he disfrutado mucho, sentía que era momento de dejar la primera línea de atender a los pacientes a muchos médicos jóvenes que tenían muchísimas ganas y estaban muy preparados/as y poder ayudar los niños/as y jóvenes desde otro lugar, dedicando más tiempo a la Fundación”.
La Dra. Pardo fue quién llevó el caso de Mónica Tato Mateu cuando estuvo enferma. A raíz de la entrevista que le hicimos en motivo del Día Mundial contra el Cáncer Infantil la semana pasada, Mónica y la Nuria se han podido reencontrar después de 30 años en una vídeollamada que fue muy emotiva para las dos, compartiendo muchas vivencias y recuerdos.
Nuria tiene muy presente la fotografía en blanco y negro de Mónica en el libro de Tino Soriano y lo que representa, que para ella está muy relacionado con el alma de la fundación y con la esencia que empuja a seguir luchando para mejorar la calidad de vida de los niños/as y jóvenes enfermos y de sus familias: “Aquellos ojos de la niña de la fotografía hablan de futuro; la mirada de Mónica es la mirada abierta al mundo y a la vida. Y en la Fundación seguimos trabajando para ellos y sus familias, para que este futuro exista”.
Nuria, MUCHAS GRACIAS por tu trabajo , tu energía, y tu instinto!