Dra. Núria Pardo: 40 años dedicados al cáncer infantil
“Los niños me han enseñado a vivir, a reír, a respirar cada dia y, a vivir el mundo en color”
La Dra. Núria Pardo, especialista en oncología pediátrica, ha dedicado 40 años de su vida a atender a niños y niñas enfermos. En estos años, ha sido Directora de Hospitalización y Hospital de Día de Pediatría y Responsable de Oncología Pediátrica en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y actual presidenta de la Fundación Enriqueta Villavecchia. Con motivo de su jubilación, y coincidiendo con el Día Internacional del Niño con Cáncer, hemos querido hablar con ella de estos años de trayectoria profesional.
40 años atendiendo a niños enfermos de cáncer...cuantos recuerdos!
Muchísimos, todos muy importantes, y que siempre están conmigo. Recuerdo a todos y cada uno de los niños con cáncer que he tratado, los que se han curado y los que he perdido, a sus padres, los buenos y malos momentos...parece que fuera ayer, pero han pasado tantas cosas!
¿Como ha cambiado la medicina?
Cuando empecé a trabajar era todo un reto, se curaban muy pocos casos, leucemias y tumores sólidos no superaban el 25% de curación. Y fue eso lo que me motivó: tenía que intentar hacer todo lo posible para ayudar a aquellos niños. La medicina hizo un avance importante en este campo con nuevas quimioterapias, nuevas técnicas quirúrgicas, nuevas tecnologías en el campo de la radioterapia, protocolos multidisciplinares y colaboraciones internacionales.
¿En qué se tradujo todo esto?
Progresivamente los niños con cáncer empezaron a sobrevivir cada vez más. Cada niño que se curaba era un éxito maravilloso que hacía que todavía tuviera más ganas de trabajar y explorar nuevas opciones terapéuticas. Veníamos de la impotencia de curar un cáncer y veíamos nuevas posibilidades crecientes de curación. En la década del 1990 al 2000 las opciones de curación ya suponían alrededor del 75% de los casos.
¿Y ahora?
En el futuro más cercano, vemos la posibilidad de conseguir el control de las enfermedades oncológicas, que probablemente precisará la utilización de terapia génica y nano-tecnología.
¿Cambiarías algo de tu trayectoria profesional?
Nada, me quedo con todo. Ha sido una vida realmente apasionante, intensa, con muchas satisfacciones y enseñanzas.
¿Y cual ha sido la más importante?
Los niños me han enseñado a vivir, a disfrutar de lo que tengo a mi alrededor, a reír, a respirar cada día y a ver el mundo en color, aunque a veces nos pueda parecer negro o gris. Y han sido ellos, los que provocaron en mi la necesidad de hacer algo más que intentar curar un cáncer: quería ayudarlos a vivir en las mejores condiciones posibles, intentando cubrir todas las necesidades de un niño y de su familia.
¿Y por eso nació la Fundación Enriqueta Villavecchia?
Sí, ya hace 28 años que la Fundación trabaja para conseguir este objetivo. Echando la vista trás, veo un gran trabajo realizado y muchos amigos, colaboradores y voluntarios comprometidos con ayudar a estas familias, esto nos llena de satisfacción a todos los que lo hemos hecho posible. Pero esto, no ha hecho más que empezar!
Tenemos que conseguir muchas más cosas, llegar a más niños y familias y velar para cubrir todas las necesidades de los niños enfermos, ofreciendo una atención adecuada a cada momento de la enfermedad: desde el momento del diagnóstico, durante el tratamiento y al finalizarlo, favoreciendo la reincorporación a la vida "normal" en igualdad de condiciones que otros niños que no han sufrido un problema oncológico.
¿Cual es el reto a partir de ahora?
Tenemos más retos, pero uno muy especial es atender las necesidades de los niños que sufren enfermedades limitantes para la vida, y que se encuentran en situación avanzada. Estamos hablando de crear una red de soporte en Cuidados Paliativos Pediátricos. Esta atención supone un punto débil en la atención sanitaria actual que se necesita mejorar. Juntamente con los cinco hospitales con los que siempre hemos trabajado, estamos impulsando la creación de una red de atención especializada para hacer llegar más apoyo a estos niños y a sus familias, especialmente en su domicilio. La situación que atraviesan es muy difícil y provoca mucho sufrimiento, por eso es importante proporcionar atención médica y de enfermería, atención psicosocial y apoyo de voluntariado. Ya hemos empezado, y las experiencias nos demuestran que vale mucho la pena. Son los niños más vulnerables de todos, los que no podemos curar, y creemos que, entre todos, tenemos que proporcionar la mejor asistencia posible.
¿Y para acabar, como definirías estos 40 años en una palabra?
Sin duda, la palabra que define estos 40 años como médico de niños, es FELICIDAD.